Chill Out
El derrumbe emocional vino pronto. Ambos se miraron, al amanecer, en el mismo abismo, en la misma sima. De pronto, como si fueran los primigenios Adam y Eva, se sintieron avergonzados y oprimidos. Se miraban en silencio, había temor en esas miradas. Un temor que ellos mismos nunca habían experimentado. La sensación de haber cometido uno de los pecados más típicamente criticados en todos los círculos cristianos los llenaba de un paralizante sentimiento de derrota.
– Quiero que me digas lo que estás pensando… -inquirió Sofía mirándolo a los ojos- Aquilino salía de darse una ducha. Se sirvió una taza de café y se sentó frente a ella. La miró con ternura dándose cuenta del arrebato de pudor que se había apoderado de la joven. Una falda larga y una blusa amplia, el pelo recogido en una pulcra cola y una cara límpida e inocente. Sus ojos llorosos hicieron que Aquilino cayera en la cuenta de que verdaderamente debía decir algo que valiera la pena.
– Dios no ve el pecado como lo vemos nosotros los humanos, Dios ve nuestro corazón y sabe que lo amamos.
– ¡Pero hemos pecado Aquilino!
– Si. No lo voy a negar. Pero ¿cuántas veces los discípulos fueron absueltos de sus errores solo porque Jesús conocía sus verdaderas intenciones y todas sus luchas?
– ¡No lo sé! –gruñó ella con el llanto atascado en la garganta.
– ¿Pero tú eres la teóloga no? – Aquilino supo que no debió haber dicho eso y se dispuso a enmendar el error- Bueno, no te pongas así, no ganamos nada desesperándonos. Creo que fue Kierkegaard el que dijo que el pecado verdadero es la desesperación.
– Si, “Peca quien desespera de sí mismo” Si no me equivoco. –interrumpió la bella teóloga algo más repuesta.
– Deus semper maior Sofía, Deus semper maior. Dios siempre ve más allá que nosotros. Él ni siquiera está viendo lo que hicimos, sino lo que estamos haciendo ahora, y lo que haremos después. Es un Dios siempre mayor de lo que lleguemos a entender con la corta plomada de nuestra débil inteligencia. Por eso su nombre, YHVH es nombre y es promesa ¿no es así? Es un verbo que promete ser el que está y el que estará. Por eso el hebreo en el que fue escrito el Antiguo Testamento habla de obras terminadas o en proceso. Dios siempre está viendo hacia el futuro.
– Si, pero Karl Barth no solo decía que es un Dios inabarcable e impensable cuando hablaba del Deus semper maior. De hecho dijo que no deberíamos llamarnos teólogos, porque nadie puede hablar de Dios ni estudiar sus asuntos, porque es un Dios incógnito siempre más grande que cualquier formulación o idea, o teoría o pensamiento. También rescató la idea de Lutero de que ante ese Dios nadie puede ganar nada por sus propios méritos; todos seguimos siento ante él simul iustus et pecator (justo y pecador a la misma vez) Somos pecadores sin remedio mientras estemos vivos, pero también somos justificados por su gracia.
– Pero, ¿cómo es que podemos ser ambas cosas a la vez? Es una llamada a confiar siempre en ese Dios más grande, más misterioso y más misericordioso. Lo único que nos exige es fe. Sola fide, sola gratia Solo nos pide que confiemos en él. Simul iustus et pector, pecator in me, iustus in christo.
– La teología –predicó Sofía inconforme- o lo que se dice llamar teología hoy en día no habla de las cosas verdaderamente importantes. Es como esa música de ambiente que solo se pone ahí para entretener mientras te tomas una copa con tus amigos: si le prestas atención, bien; sino, también. No resuelve nada, está hecha para mantener entretenida a la gente. Sobre todo los temas relacionados con el dinero. La mal llamada «teología de la prosperidad». La teología de hoy debería volver a las andadas y repetir los temas más relevantes…
– La justificación por la fe, por ejemplo –interceptó Aquilino al tiempo que servía más café en ambas tazas- Chill Out, yo la llamo así. Esa es la Teología Chill Out, teología de ambiente. Es una teología que habla siempre distraída, desconcentrada, descontroladamente, sin dar en el clavo de la verdadera necesidad de la gente.
– ¡Ja!, estoy de acuerdo, es una teología Chill Out. – anotaba ella riendo distendidamente- Barth llamaba a eso allotría. Es una palabra que se usa en Basilea (como buen suizo que fue Barth) para nombrar la noche de carnaval. Es una teología carnavalesca, casi circense. Más que teología es palabrería “teológica”.
– Eso es una teología degenerada en ideología. Y toda ideología termina por ser legalista. Todos, incluso el Papa vive en ese enigmático vértice del Ya, pero todavía No. Ya somos justificados, pero Todavía no somos perfectos; Ya hemos sido santificados, pero Todavía somos pecadores; Ya podemos recibir todo su perdón, toda su gracia y todas sus promesas, pero solo en parte y como algo anticipado, porque Aun No hemos sido regenerados totalmente.
– Eso es lo que llamamos “Tensión escatológica”, todo cristiano vive en la tensión entre el Ya del Reino (el aquí y ahora) y el Todavía no (el futuro escatológico) y ese Eskatos (final) solo ocurrirá en la Parusía (el final del final) cuando Cristo regrese y establezca definitivamente su Reino.
Barcelona los esperaba afuera. Una vez más, cuando ambos comprendieron que, aunque pecadores, aun podían disponer de toda la gracia de Dios, sus vidas volvieron a encontrar una inquebrantable esperanza. Sonrieron complacidos y se dispusieron a descubrir juntos La Sagrada Familia de Gaudí. Aquél espléndido Temple expiatori… templo inconcluso, en obras infatigables desde hace casi cien años, como reflejo mismo de que somos pecadores en proyecto de ser concluidos algún día. iustus et pecator.