A menudo leo o escucho frases como: «¿Tienes a Jesús?», «¿Ya tienes a Jesús en tu corazón?», «El que tiene a Jesús lo tiene todo»… Se repiten esas frases en una equivocada literalización de una noción que debe ser concebida como metafórica. Tener es poseer, tener es contener. Tener implica que lo contenido es más pequeño que el envase que lo contiene.
Es imposible «tener» a Jesús. Uno puede tener cosas, incluso personas (lamentablemente), uno puede «tener» una enfermedad y hasta «tener» miedo, pero nadie puede «tener» a Dios.
La noción bíblica de la relación que establecemos con Dios nos muestra todo lo contrario: Él nos tiene a nosotros (Dt. 26:18), él nos adopta a nosotros (Rom. 8:23; Rom. 9:4), él nos elige a nosotros (2 Pd. 1:10), él nos atrae a nosotros (Os. 11:4), él es envase infinito y nosotros la minúscula partícula que puede ser contenida en su magnifica eternidad.
Propongo sustituir el verbo «tener» aplicado a Jesús, por el verbo «creer». Esto tiene otra implicación que va más allá del uso lingüístico. Con el primer verbo debemos usar la preposición «a», con el segundo deberemos aplicar la preposición «en». Yo no «tengo a» Jesús, yo «creo en» él.
Sí Jose.
Además la frase «¿Tenés a Jesús?» estresa, por causa de «no tenerlo». A diferencia de «Jesús te tiene» que nos relaja.
Y no hablo de estar estresado o relajado en el sentido «light» de estar tenso en la nuca. Hablo de estrés o relajación existencial.
Relajarse existencialmente es de las cosas más necesitadas en la actualidad… y solo se logra si una profunda comprensión de que «Dios nos tiene» se diera en nuestro interior.
Gracias Gastón por tu excelente aporte, definitivamente podemos encontrar millones de creyentes que viven una espiritualidad (existencia) estresada, que corre por «tener» a Jesús, por no perderlo, en vez de sucumbir en la Gracia que nos cautiva y nos contiene.