BIBLIA, GÉNERO Y SEXUALIDAD EN 100 PALABRAS

BIBLIA, GÉNERO Y SEXUALIDAD EN 100 PALABRAS


Durante el trabajo de edición de Biblia, género y sexualidad en 100 palabras del autor danés Renato Lings, disfrutamos de un provechoso proceso creativo para la elección del diseño de la cubierta. Mi primera propuesta fue la versión de Leda y el cisne de Rubens. Leda y el cisne es un relato de la mitología griega en el que Zeus tomó la forma de un cisne como una de sus artimañas para seducir y embarazar a una mujer humana. Leda concebiría y daría a luz a Helena y Pólux, quienes serían inmortales por ser hijos de un dios. 

Nuestras reflexiones pronto nos llevaron a explorar los sorprendentes paralelismos entre el relato mitológico de Leda y el cisne y el relato de la Anunciación de los evangelios. Dos mujeres humanas son embarazadas por una deidad. Leda concibe de un dios griego y María del dios de los judíos. Ambas dan a luz seres que vencen a la muerte.  El relato evangélico de Lucas admite que Yahvé mismo, a través del Espíritu Santo, embarazó a María. 

María le dijo al ángel: —¿De qué modo se hará esto, pues no conozco varón? Respondió el ángel y le dijo: —El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que nacerá será llamado Hijo de Dios.

Tanto Zeus como Yahvé tienen un largo historial de metamorfosis. Zeus solía raptar a hombres y mujeres para tener relaciones sexuales con ellos. Primero secuestró a Europa tomando forma de un toro blanco, luego se convirtió en águila para seducir al joven Ganimedes y Leda fue seducida por el dios griego en forma de cisne. Por su parte, Yahvé es descrito como un águila que bate sus alas para echar a andar la creación, también es descrito como un águila que tomó a los hebreos en sus alas y los liberó de la esclavitud de Egipto. Yahvé mismo desciende en forma de paloma durante el bautismo de Jesús en el río Jordán. Zeus toma forma de cisne y embaraza a Leda, Yahvé cubre a María por medio del Espíritu Santo. En efecto, Yahvé en forma de paloma ganó notoriedad en el imaginario cristiano desde sus inicios. La primera imagen de la paloma cristiana aparece en un mosaico del siglo V, que se encuentra en la iglesia de Santa María la Mayor, en Roma. La Anunciación de Fra Angélico, pintada hacia 1425-1426, es una de las primeras anunciaciones que muestran a Yahvé en forma de paloma. Una paloma que embaraza a una mujer. 

Podemos acercarnos a esos relatos desde el asombro, desde la fe o desde el horror. Nos podemos asombrar por la maravilla de los relatos y sus similitudes. Podemos, también, ceñirnos a una fe cristiana y disfrutar del asombroso evento que narran los evangelios. Pero también podemos horrorizarnos al saltar fuera de nuestros paradigmas para acercarnos a los relatos con otras claves y otros ojos. Los ojos de una niña, por ejemplo. Hace algunos años, durante su defensa de tesis, la teóloga Karoline Blanco contó la anécdota en la que una maestra de “escuela dominical”, en una iglesia evangélica de Brasil, leyó el relato de la Anunciación ante niños y niñas que no llegaban a los 10 años de edad. Al finalizar la lectura la maestra quiso saber qué pensaban los niños de aquél maravilloso relato. Una niña pequeña levantó la mano y dijo “María fue violada”. 

Elegimos La Anunciación de Simone Martini y Lippo Memmi. El retablo fue creado alrededor del año 1333 para la Catedral de Siena. Los dos pintores firmaron la obra con la siguiente inscripción latina: “SYMON MARTINI ET LIPPVS MEMMI DE SENIS ME PINXERVNT ANNO DOMINI MCCCXXXIII”.  

La obra tiene un halo casi teatral, y para facilitar todas las lecturas posibles, quisimos separar a los dos personajes principales.  Si tomamos el libro y vemos la portada, veremos a la Virgen con una expresión colmada de inocencia, mientas su mano derecha acomoda la túnica con pudor. 


Si vemos el libro solo desde la contraportada veremos al arcángel, que está apenas descendiendo en el recinto. El manto va cayendo y sus alas, todavía desplegadas, hacen notar que no se ha posado aún del todo. Su rostro es apacible y sereno y poco a poco hace una reverencia llena de respeto. 

Pero si abrimos el libro y observamos ambos personajes, podríamos notar que La Virgen, en realidad, tiene un rictus de espanto y sus manos, más bien, están haciendo un movimiento de defensa o protección, mientras que todo su cuerpo salta hacia atrás. 

EL CALIGRAFISTA, UNA NOVELA PARA ANALIZAR

7 de enero de 2025

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