Hace muchos años aprendí acerca de la «escuela del perdón». Leía sobre la vida de Nelson Mandela. Cuando estaba en la cárcel de Robben Island y llegaba un jóven negro recién capturado por los policías blancos. El joven negro llegaba furioso, lleno de odio. Sus captores (cualquier blanco) habían asesinado a sus papás. Su voz se levantó para pedir venganza y odio. Un hombre se le acercó pacientemente y, mirándolo a los ojos, le dijo: «hijo, bienvenido a la escuela del perdón. No cambiaremos nada con la venganza, pero sí cuando el enemigo sepa que ha sido perdonado», poco tiempo después ese hombre paciente llegaría a ser el presidente de Sudáfrica, el presidente del perdón.
Hagamos una colecta y mandemos al señor Justo a la cárcel de Robben Island, tal vez el perdón le brinde la paz que su alma demanda a gritos….! Quizás así pueda cambiar de estrategia y no siga ganando anticuerpos contra el evangelio…