Es mayor el gozo de saber que podemos seguir luchando que la alegría de haber llegado a la meta. Una gran meta. Un largo recorrido que iniciamos hace más de 2 años nos ha traído a un lugar pleno de satisfacciones y esperanzas renovadas. Un camino sinuoso cargado de retos, temores y oscuridades. Pero por cada recodo oscuro del camino, encontramos también profundas e insondables alegrías.
¡Falta poco! repetí muchas veces, pero aún faltaba mucho. ¡Ya queda menos! gritaba mi esperanza con más dudas que certezas. Y por cada duda engendrada en esta ruta, muchas certezas se nos agolparon finalmente y sin previo aviso.
Y no faltaba poco, ni siquiera hasta hace un par de semanas. El mapa que teníamos en nuestras manos indicaba aún 3 retos, era temprano para sentarnos a descansar, no era el tiempo de bajar la guardia, de cerrar los ojos o de cruzar los brazos. Una operación para desanclar la médula, el milagro de caminar y el milagro del control de músculos perineales (inexistentes).
El primer milagro empezó a suceder hace escasas 3 semanas. Sin músculos perineales, nos habían dicho que era imposible el control de esfinter. Algo por lo que habíamos orado incansablemente. Sin embargo sucedió. Como suelen ocurrir los milagros, simplemente ocurre, ocurre tranquilamente, ocurre naturalmente sobrenatural. Sin luces ni sobresaltos, simplemente existe el control. Al principio pensamos que sería uno o dos días, pero pasó una semana y luego dos y luego tres. Primer milagro de la recta final ¡check!
Luego vinieron sus primeros pasos. Lo vimos los dos al mismo tiempo. Una emoción indescriptible nos recorrió como un incendio, gritos y saltos de alegría (ahora entiendo qué quiere decir Dios cuando dice que cambia nuestro luto en danza, nuestro lamento en baile, nuestra tristeza en gritos de alegría). Solo una vez he sentido algo semejante, cuando por primera vez toqué su manita a los 7 minutos de haber nacido. Y no fue un milagro, no. Seríamos injustos, como solemos serlo los seres humanos, si no aprendemos a usar la curiosa calculadora de la esperanza que nos regala el sequedal en pleno desierto. Pie derecho, un milagro, pie izquierdo, otro milagro, milagro derecho, milagro izquierdo. Segundo reto milagroso de la recta final ¡check!
Finalmente, hace solo días, nos llega la noticia de que no existe fecha para una siguiente cirugía. La médula anclada no muestra síntoma alguno, no existe deterioro de sus facultades motoras, renales, ni de ninguna otra clase. Los médicos han tomado la determinación de no operar (únicamente si existieran síntomas algun día). En un solo instante se esfuman todas las sombras de un nuevo internamiento en el Hospital, con todo lo que eso significa. Tercer y último milagro en nuestra recta final ¡check!
Hemos aprendido infinidad de lecciones. Hemos crecido en fe, esperanza, fuerza, amor, paciencia. Hemos conocido gente maravillosa en este camino, hemos entendido el poder de la solidaridad, de la amistad genuina, de una comunidad como Interludio.
Hemos aprendido que no es más fuerte el tronco más grueso, sino la hoja más diafana. Hemos aprendido que se puede ser feliz a pesar de la tristeza (no es una contradicción), que se puede seguir creyendo a pesar de la noche, que se vale llorar, siempre, como los niños, donde sea, cuando sea, frente a quien sea.
Hemos aprendido que no son necesarios los hijos perfectos sino los hijos fuertes, no son necesarias las mamás perfectas sino las mamás fuertes… ni los papás perfectos, sino los fuertes. Que más vale una esperanza cansada que una certeza esteril. Hemos aprendido que Dios existe (si, cada día debemos volver a creer que él existe). Hemos aprendido que no estamos solos y que no queremos que otros estén solos. Hemos aprendido a apurar el vaso, por más amargo que esté su contenido. En fin, hemos aprendido que es mayor el gozo de saber que podemos seguir luchando que la alegría de haber llegado a la meta. Una gran meta.
NOTA: Si usted no conoce la historia completa, puede visitar el siguiente enlace: http://sendaprayerproject.org/about-us/
Jose…el leer tus palabras me llena de alegría. Es la meta de un gran camino que los 3 han sabido pasar con Fe y Esperanza. Esa fortaleza que han demostrado es una enseñanza para muchos de los que estuvimos unidos en oracion. Imposible no cree en Dios, pero imposible no creer en la capacidad del ser humano de enfrentar la adversidad de la mano de Dios y con mucha mucha Fe. Felicidades y gracias por lo que a mi me han enseñado los 3.
Lindísimo Jose… Como de costumbre, me sacaste las lágrimas!
¡Qúe gran alegria! me uno a vosotros en gratitud.
Aunque no los conozco, por medio de Su Pacheco he estado al tanto con la evolucion de Santi y es impresionante como para Dios nada ni nadie puede en contra de El. Una historia de valor, coraje, dedicación, pero sobretodo CONFIANZA en Dios; eso ha sido esa familia. De como Dios se ha ido manifestando y haciendo fuerte su poder en contra de toda perspectiva, de todo pronostico y de toda la realidad que se iba presentando dia a dia. Realmente una de las muchas pruebas que han superado como familia y un gran testimonio de que los milagros existen. Felicidades por mostrar tan linda historia y por tan lindo testimonio. A seguirle creyendo a Dios y a seguir viendo a Dios reflejado en Santi. En mis oraciones siempre habra un lugar especial para ustedes. Que Dios los siga bendiciendo.
El Señor les ha bendecido abundantemente!
Aunque no les conozco personalmente gracias a mi hijo Mario y su esposa Merce he podido seguir esta hermosa historia de fe, esperanza y amor.
Adelante!, confiando en El, que sabe ser misericordioso con los que le aman verdaderamente . Siempre habrá un lugar para Santi en mis oraciones.